martes, abril 05, 2011

Chile y Uruguay en Educacion

Continuando con la polémica en torno al artículo aparecido en El Observador en relacion a Pisa, recibimos varios aportes que vamos a ir posteando en el blog.

Aporta Eduardo esta interesante reflexión:
En PISA 2006 Chile presentaba resultados muy similares a los de Uruguay.
Sin embargo paradójicamente la dispersión de la media era menor que en Uruguay.
Es decir, claramente Uruguay a pesar de su sistema centralizado, presentaba desigualdades mucho mayores que Chile por nivel socioeconómico.
Quiere decir que al menos en 2006 y 2003 el sistema uruguayo no estaba funcionando como correctivo de las desigualdades pre existentes sino como profundizador de ellas.
No conozco aún, salvo en datos muy generales, los resultados de PISA 2009.
Pero en todo caso Chile no tiene porqué ser una referencia de transformación de Uruguay, hay sistemas públicos muy exitosos que sí pueden funcionar como referencias en términos de modelo aunque se aprenda de todos los sistemas exitosos y hay rasgos comunes a todos los sistemas exitosos.
En mi opinión el sistema uruguayo presenta varios problemas.
Algunos muy obvios y a la vez por obvios difíciles de resolver que destacan entre otros con particular agudeza y claridad la gente de Primero los Muchachos :
- reducción del alto ausentismo, controles del ausentismo,
- dedicación exclusiva y semiexclusiva por centro y
- aumento del tiempo pedagógico real y formal de exposición de los niños, preadolescentes y adolescentes.
Pero también cambio de la oferta hacia una oferta motivadora, centrada en competencias, destrezas, habilidades y razonamientos más que en contenidos e informaciones exclusivamente.

Podría seguir. Sin embargo a mi juicio el centro de los problemas que debemos superar en Uruguay para construir un sistema público eficaz y eficiente para reducir las desigualdades y asegurar una mejora de la calidad de los aprendizajes - como lo hacen muchos sistemas educativos exitosos en el mundo - implica tres cuestiones diferentes:

La primera es el déficit de incentivos del sistema.
Tanto incentivos individuales de los docentes, ya que son los docentes la clave del exito de un sistema, como incentivos - me refiero a la falta de ellos o en los hechos a la primacía de incentivos perversos - de las verdaderas unidades de un sistema que son las unidades de servicio y gestión, es decir, los centros educativos.
La relación entre carrera docente centrada en la antiguedad y estructura de remuneraciones se ubica en el centro de este conjunto de problemas.

El segundo conjunto de problemas es el diseño institucional y organizacional del sistema.
Que en Uruguay es pésimo e implica superposición de organos de gobierno educativo con competencias superpuestas, órganos de tipo colegiado que no son aptos para la toma de decisiones, para el diseño de políticas, para su implementación práctica y para el monitoreo de su implementación.
Pero que a la vez es hipercentralizado desde la perspectiva organizacional, en burocracias y aparatos que además, y por si fuera poco, con frecuencia se encuentran también duplicados o multiplicados.
Es decir, tenemos gobierno fragmentado y colegiado cuyo soporte organizacional o ejecutivo son burocracias hipercentralizadas - a veces clonadas - fundadas en la desconfianza por lo local y con procedimientos lentos.
Es tan difíicil hacer una nueva currícula como comprar vidrios.
Desde luego, la contracara de la hipercentralización es que tampoco hay capacidad de control de transparencia de gastos a nivel local.

El tercer conjunto de problemas es la formación docente hiperfragmentada que reproduce la enemistad entre los diferentes subsistemas perdiendo de vista que el centro del proceso educativo deben ser siempre los alumnos y no los propios subsistemas con sus ofertas y culturas institucionales específicas.
Fragmentación de la formación docente y falta de calidad de nivel universitario basada en un reclutamiento que ya proviene de una selección negativa.
Para empezar debe implantarse un potente sistema de becas - altas - para los estudiantes que seleccionen la carrera docente y desde allí implantar un nivel de maestría de calidad universitario.
En cambio la formación de una licenciatura habilitante para la actual primaria y la enseñanza media exige una fuerte reingeniería del actual IPA, Cerp, IFD, Instituto magisterial, etc creando una única licenciatura de base y especializando por asignaturas o perfiles sicosociales en las maestrías.
Es posible que en este período de gobierno podamos avanzar en medidas parche y timidamente en algunas de estas reformas estructurales.

Pero no falta demasiado para que afrontemos el verdader dilema: cambiar el sistema.
En materia de incentivos se requiere
- asumir una asignación del gasto diferente y flexibilidad curricular por centro en porcentajes delimitados y asumiendo dedicación total o semitotal y controles del ausentismo
- implantar un potente sistema de premios por centro educativo que incluya fuertes premios económicos colectivos para los cuerpos docentes o equipos docentes de centros unidos en el logro de proyectos de centro y que alcanzan el logro de ciertos indicadores.

Para ello se deben crear fondos especiales potentes que distribuyan recursos entre los centros empezando por los de contexto desfavorable y muy desfavorable.

Implantados sistemas de incentivos grupales de equipos se debe avanzar hacia premios individuales a los docentes por logro de aprendizajes de los estudiantes comparados consigo mismos, ocupación de cargos en centros de contexto desfavorable y muy desfavorable.
Desde luego comparto lo que escribe Gustavo a propósito de la evaluación como proceso integral. Sin embargo la evaluación aislada no es la respuesta.
Se requiere un cambio de sistema, asegurar margenes de flexibilidad curricular por centro (por ejemplo hasta un 30% de carga horaria) que incluya materias orientadas al mundo del trabajo y énfasis en matemática, ciencias y lectoescritura. Son ejemplos.
Y se requiere asignación presupuestal por centro dentro de parámetros generales y comunes tanto en materia de gasto como de currícula y metas educativas de calidad e inclusión.
Conocer los resultados por centro de evaluaciones sin herramientas locales para corregir los malos resultados no es util.
Es imprescindible si existen margenes reales de correctivos fuertes a partir de autonomía presupuestal, pedagógica y curricular pues de lo contrario la evaluación puede ser muy frustrante sin aportar soluciones.

Saludos

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