Antes del viernes, este blog ya existía. No hacía mucho, pero existía y se proponía no sólo administrar denuncias ante las autoridades, sino apuntar un poco más alto. Pretendíamos generar una línea de reflexión independiente de la que llevan las autoridades del CES y las autoridades de los sindicatos docentes.
Una "tercera voz" que expresara desde los padres nuestros intereses. Pero esa tercera voz, para existir debe denunciar, pero también debe proponer.
Desde el viernes hasta hoy hemos recibo más de 600 visitas. Solo ayer nos visitaron 289 internautas.30 de ellos ya habían ingresado antes al blog.
Muchos han enviado mails y hemos subido sus entradas al blog. La mayoría son denuncias. En el medio del chaparrón de denuncias hay algunas que traen análisis de por qué estamos como estamos y se hacen propuestas.
Prometemos levantar esas propuestas y analizarlas.
Pero también entendemos que debemos usar el blog para generar más reflexión y levantar la mira de la situación local hacia la situación general que origina las causas que impactan sobre la situación local.
MOMENTO CRÍTICO DE LA EDUCACIÓN
Estamos en el proceso de aprobación de un Anteproyecto de Ley de Educación que ha sido el resultado de un trabajo extenso, que arrancó desde el comienzo de este gobierno.
Se espera que esta nueva ley rija por bastante tiempo los destinos de la educación pública nacional.
En preparación de este momento se hicieron Asambleas de Educación en pueblos, ciudades y barrios.(por cierto, mucho más participativas en el interior que en Montevideo)
El resultado fue aplaudido, criticado, tomado con indiferencia. Hubo de todo. Pero está en la base de lo que se está por votar en el Parlamento.
Desde mi punto de vista, tiene muchas cosas buenas.
Pero también tiene muchas oportunidades de mejora.
Todavía estamos a tiempo para analizar y proponer algunos cambios de óptica.
Por ejemplo sobre la representatividad de los padres y su función de control.
Por ejemplo sobre el carácter consultivo de las Comisiones de Centro.
Se pide cogobierno, pero a los padres sólo se les permite opinar, mientras que a las ATD se les reconoce el derecho a que sus opiniones sean preceptivas.
Hay mucha tela para cortar en este Anteproyecto.
Hay filosofías que sería bueno volver a discutir, porque si no se dejan los cimientos en la Ley, luego no es posible desarrollarlos en la actividad rutinaria.
Por ejemplo:
¿deben ser los liceos todos iguales, administrados bajo los mismos criterios, o debería fomentarse el que cada equipo de Dirección desarrolle su propio proyecto educativo?
Si fuera así. No debería establecerse una evaluación estandar, un test patrón, que permita calificar a cada centro en función de su excelencia educativa? ¿no debería eso también ser una obligación para la educación privada?
Si se estableciera una evaluación de esas características a través del novel Instituto de Evaluación (que saludamos como una de las mejores ideas de la ley, pero que hay que dotar de contenido inmediatamente) no debería por consecuencia, permitirse a cada Director y su equipo, el poder desarrollar un proyecto educativo propio que recoja luego en la evaluación lo que sembró?
No debería entonces desarrollarse la carrera de los Directores en función de sus logros medidos objetivamente por este método?
Se habla de que cada centro contará con una "caja chica". ¿será solo para arreglar vidrios o pintar paredes, o será suficiente como para encarar actividades extracurriculares con los chicos, tener acceso a internet, sala de computación de tamaño suficiente, cantina en condiciones, etc,etc?
¿debe ser la territorialidad la base para la elección del liceo? Si se pudiera contar con un ranquin de liceos en función de tests objetivos, los alumnos que deseen ingresar a liceos mejor calificados, no deberían poder hacerlo en función de su escolaridad? Los alumnos con mayores dificultades, no deberían ser tratados en forma especial, en liceos que a su vez representen desafíos para Directores y equipo docente que tenga ganas de mostrar sus capacidades educativas en esos lugares difíciles, levantando una puntuación baja del instituto?
No sería bueno que sólo nos dedicáramos a quejarnos.
Debemos proponer. Y para proponer hay que saber.
¿Le vamos a hincar el diente?
Gustavo Ochoa
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