Este artículo de Eduardo De León, que subimos al blog con permiso del autor, puede ser un buen punteo de temas que preocupan sobre la Ley. Estando de acuerdo o no con Eduardo, los temas que él plantea merecen ser debatidos y que podamos tener posición sobre los mismos:
QUEDATE TRANQUILO OBDULIO
Aportes para la Ley General de Educación.
“Es lo que hay valor” dice uno de los presuntos adagios nacionales.”Esto es política” dice un eco que muchos repetimos. Pero yo no lo creo.
Trabajo en una misión de paz en Colombia. Hace unos meses nuestro carro de verificación surcaba empinados caminos bien dentro del monte cuando mi compañera de trabajo puso un Cd en el radio. Pronto comencé a sentir una fuerte e imprevista emoción al escuchar, en esos sitios bellos, desolados y terribles, la voz de Víctor Hugo Morales: "tá tá tá ta goooooooooool, goooooooooool uruguayyyyooooooo..., queedaaaaate tranquilo Obdúlio, quedáte tranquilo Obdúlio ¡ los muchachos no te iban a fallaaaaaaaaaar".
Es Luciano Supervielle, el uruguayo de Bajo Fondo Tango Club en su propio disco que está de moda en todas partes. También uruguayo.
Las veces que he regresado al Uruguay yo siento que el país experimenta muchos progresos.
“Es lo que hay valor” y “esto es política” son la hibernación del mito nacional: la hibernación indica que después de algo tan bello como Maracaná sólo se puede jugar para el empate y el infinito equilibrio. ¿En cual cancha? A veces en canchas muy pequeñas. ¿Para cuales tribunas? A veces muy pequeñas y con poco público en el talud. ¿Para que tiempo? No para la historia, no para el futuro, no para la posteridad de las generaciones, sólo para la reproducción de un presente oscuro y mediocre.
"Esto es política" y la política supone conquistar equilibrios y expresarlos en leyes, razonan también algunos en Uruguay, como un eco de la frase deportiva. Una querida amiga argentina, aguda observadora antropológica del animal uruguayo, dice que el lema verdadero y auténtico de la gloriosa bandera de los Treinta y Tres Orientales es "libertad o negociemos".
Todos los días en Colombia, este país increíble, sensual y vertiginoso, echo de menos la ausencia de ese atributo naturalizado, de esa actitud natural de negociación, esa compulsión y predisposición al acuerdo inherente al ser de los/as uruguayos/as. Aquí el juego es muy fuerte, también el de la legalidad. Es de suma cero. Los colombianos son jugadores que apuestan todas las fichas en partidas finales, a ganar todo o perder todo.
Pero también en Uruguay existe un arco muy grande de culturas negociadoras.
Y en el otro extremo de Colombia a veces me pregunto si en Uruguay la cultura negociadora predominante hoy, hija sin dudas de la decadencia del Uruguay batllista y no solo nieta de acuerdos institucionales fundantes como los de 1916, es decir, hija de la fragmentación social que nos dejó un país de mala mezcla entre mercado e infinitos archipiélagos corporativos que disputan sorda pero pertinazmente cada migaja de poder, ordenada desde el comienzo por una meta de empate, no aumenta la ausencia de compromiso ciudadano con la cosa pública y la atonía social.
¿Será correcto reducir y confundir cultura negociadora con cultura del empate anticipado y la resignación a lo existente como valor?
El enfoque del equilibrio compulsivo de nuestra cultura negociadora predominante muy cívico no es, claro está, él solo incluye algunas voces, voces corporativas, en un país con grandes mayorías hoy despojadas de ellas. Elude el autoesclarecimiento ciudadano y la ilustración de la opinión mediante la exposición clara de puntos de vista y posiciones diferentes, es decir, mediante el debate.
No es en verdad una cultura muy democrática, es una cultura de la autocomplacencia, eso sí. Pero es realmente política? No. Es precisamente su negación práctica.
La exageración de la compulsión por el empate políticamente no hace crecer, hace decrecer a la sociedad y a la calidad de su política.
Ni propone un enfoque negociador de progreso ni ayuda a la apertura de negociaciones para "ganar - ganar".
Cuando en educación hacemos el Plan Ceibal jugamos el partido con el espíritu de Obdúlio en una cancha grande en el espacio y en el tiempo. Cuando los niños se transforman en alfabetizadores informáticos de sus padres y docentes recuperamos el aliento profundo, la tradición viva del espíritu de Córdoba.
Cuando el debate político en torno a la Ley General de Educación gira en torno al diagnóstico equivocado de los problemas equivocados, esto es, a la polarización entre inclusión de la cogestión docente de perfil corporativo o un viejo control de los partidos políticos sobre el sistema todos jugamos al empate.
Yo no comparto el balance final de las soluciones del proyecto de ley presentado por el Poder Ejecutivo porque creo que, consagrando avances muy importantes, también parte de un diagnóstico equivocado de problemas equivocados cristalizando al final un juego de empate en un sistema heredado que se ha convertido en una cancha chica sin que se mueva la pelota.
Pero conozco las intenciones y excelencia de los redactores del proyecto y aprecio su valor en proponer cuatro cambios relevantes:
Primero creación del Instituto Nacional de Evaluación.
Segundo implantación de un ciclo único e integrado entre las disciplinas tecnológicas y las disciplinas inspiradas por el principio de unión del trabajo intelectual y el trabajo manual con las disciplinas humanístico-científicas universales, la matemática y las lenguas.
Tercero creación del Instituto Universitario de Formación Docente.
Cuarto. Movilidad horizontal de los estudiantes por el nivel de la educación superior y currícula flexible y abierta.
Por tanto, se imponen aportes ciudadanos para mejorar y cambiar el balance del conjunto del proyecto desde una perspectiva diferente de los problemas y sus soluciones. El proyecto, sin dudas con objetivos compartibles, se embarca también en un exceso organizacional que es muy deseable simplificar sin por ello abandonar los fines propuestos.
Porque todo proyecto es una respuesta a un diagnóstico, a la definición de un conjunto de problemas y a la vez es una propuesta asociada a una meta más global, un camino nacional. La meta nacional ordenadora del conjunto – además de metas consagradas en el proyecto – de la política pública educativa del Uruguay de hoy y de las próximas generaciones debe ser contribuir a la transformación del país en una sociedad avanzada del conocimiento, la innovación y el bienestar.
Pues sólo la formación de una ciudadanía calificada y de un capital humano de alta productividad y calidad permitirá asegurar la sostenibilidad demográfica del Uruguay por las próximas generaciones.
Hemos ya pasado la barrera de la segunda transición demográfica. Hacia los próximos 50 años esto ya supone que, dado que son ahora una minoría de la población, sólo activos de alta productividad y aplicación de innovación a la producción y los servicios podrán asegurar el sostenimiento de una nueva y siempre creciente mayoría formada por las personas mayores de 65 años y menores de 18 años.
Esa es la primera y noble tarea histórica de la educación pública uruguaya.
Los problemas estructurales de educación pública uruguaya en los niveles de la ANEP son de dos tipos diferentes: la crisis estructural de gestión porque hace tiempo que el sistema ha perdido eficiencia y eficacia – palabras ausentes del proyecto – y la crisis de la democratización social porque la educación pública hace ya tiempo que no logra cumplir sus funciones con calidad y equidad en el acceso, el proceso y el egreso educativo.
En primer término el sistema vive una crisis estructural de gestión cuyo síntoma más dramático es el crónico ausentismo que vive secundaria y que las actuales autoridades tratan de combatir y reducir. Más en general, no se aflojaron, se extraviaron hace ya tiempo muchas de las tuercas y tornillos de todo el sistema. El sistema expulsa jóvenes y adolescentes pobres y a la vez de hecho asigna a muchos de los mejores docentes a los mejores centros públicos cristalizando inequidades mientras estos deambulan de un centro a otro tratando de alcanzar un piso de horas para una remuneración satisfactoria.
Pero el fondo de la crisis de gestión es el cuadro social. El proyecto hace un diagnóstico equivocado de la crisis de gestión y propone para ello una solución institucional también equivocada: el problema de la educación reside en su déficit de consenso entre gobierno y sindicatos y para corregir este déficit se instituye la cogestión docente en la cúpula del gobierno de la educación. Pero el diagnóstico es otro. Porque este déficit de consenso, mayor o menor, es inherente al diseño y ejecución de políticas públicas de izquierda o derecha en una sociedad democrática.
El problema real que explica parte de la crisis de gestión es otro: el contrato social de la educación pública está roto. Está quebrado allí donde importa, en el centro educativo y en las aulas.
La educación pública uruguaya está desesperada de confianza social, añora recuperar la confianza social, exige en secundaria un nuevo sentido de Misión docente para la integración de los nuevos chicos pobres que tratan de entrar y permanecer en la educación pero el sistema, como lo vemos estos días en sucesos como los del liceo 38, está alcanzando su frontera crítica.
Por tanto la sociedad entera debe recrear su compromiso con la educación pública desde el centro educativo mismo y el aula que son el campo por excelencia de formación de la ciudadanía. El primer contrato social de la educación pública, el más inmediato, es la alianza solidaria entre familias responsables y docentes responsables en un marco de disolución de responsabilidades.
Para construirlo y para recrear la confianza perdida es preciso descentralizar sin miedos y con mucha confianza nuestro sistema educativo.
Hay múltiples factores en la ruptura del contrato social de la educación y la alianza que educación primaria hizo bien entre familias, integración social y magisterio para crear ciudadanía. Entre ellas la precarización laboral y el cambio del modelo de familia.
Y como el modelo de familia ha cambiado, y como este cambio también conlleva costos grandes en la calidad de la socialización doméstica y primordial entonces debemos primero aumentar los compromisos de las nuevas familias con la educación a través de la institución de su participación en la dirección colectiva de los centros educativos – juntas o consejos de centro – junto a docentes y comunidad y, segundo, ampliar el tiempo de cuidado administrado de sus hijos.
Para esto último debemos diseñar, profundizando la línea actual del Plan de Equidad, un nuevo modelo sostenible de cuidados familiares administrados entre los cero y los tres años, tiempo decisivo para la formación de los niños bajo el signo ominoso entre nosotros de la desnutrición, el abandono y la vulnerabilidad desnuda que luego pesará como una losa inmisericorde en la carrera educativa y el ciclo de vida de los futuros adolescentes y jóvenes uruguayos.
El segundo grupo de problemas de la educación pública es conocido: la democratización social inconclusa o, visto negativamente, la expulsión de la abrumadora mayoría de la juventud del Uruguay de las oportunidades educativas que supone no sólo consagrar su futura vulnerabilidad en el empleo y una sociedad de pobreza y desigualdades, hagamos lo que hagamos con las otras políticas públicas, sino vulnerar el destino nacional bloqueando la formación de un mundo del trabajo dotado de sentido ciudadano y altas competencias de calificación, productividad y capacidad de innovación para sostener a la mayoría dependiente de la población.
Porque el sistema, en secundaria, está concebido, desde su pedagogía y currícula pasando por su didáctica contra los códigos de las nuevas culturas juveniles y sin puentes con los códigos del mundo de la nueva pobreza que heredamos de los noventa y más atrás. Ese es el país en el cual de cada 100 ingresos en secundaria sólo nos quedan 24 egresos de bachilleratos. Ese es el país insostenible.
Por tanto, para constituirse como instrumento idóneo para actuar sobre estos tres problemas, a saber, la crisis de gestión, la crisis social y la meta nacional de transformar al Uruguay en una sociedad avanzada del conocimiento y la innovación definida como objetivo en el texto legal, la ley debe aportar varias transformaciones estratégicas que cambien los incentivos de todo el sistema.
En el Estatuto Docente. La estructura de remuneraciones de los docentes de la ANEP se basará en el reconocimiento de la carrera docente.
Para la carrera docente se han de considerar la ponderación de cuatro principios - a reglamentar por el futuro CODICÉN junto a los consejos respectivos de nivel -
-El rendimiento en el aula.
-Los títulos y posgrados así como las investigaciones.
-Evaluaciones sobre el crecimiento académico y los aprendizajes de los estudiantes - es decir medidas que incluyan desde la retención de los chicos con dificultades de aprendizaje hasta la promoción de talentos. Serán obligatorias pruebas de evaluación de competencias y conocimientos de todos los alumnos a comienzos del año lectivo -.
-Ocupación de cargos en centros definidos por sus contextos vulnerables.
Descentralización.
-Centros Educativos con autonomía pedagógica.
-Consejos o Juntas de Centro formados por tres docentes, tres padres, madres o responsables y un integrante reconocido de las comunidades del entorno barrial o territorial del centro educativo.
-La Junta de Centro o consejo de centro elegirá el director que formará luego parte de la misma.
-Aprobará el proyecto educativo del Centro.
-Aprobará - sobre la base de formatos definidos por el CODICÉN y los consejos respectivos - el proyecto de gestión del centro y suscribirá un contrato de gestión con el consejo del nivel respectivo.
-Supervisión del funcionamiento administrativo, de la gestión y la actividad educativa del centro.
-El CODICÉN y los consejos desconcentrados proveerán de recursos para apoyos técnicos especializados en gestión contable y administración de los centros.
-Todos los centros educativos serán solidariamente responsables de la escolarización universal de todos los niños, adolescentes y jóvenes según el nivel del sistema.
-Revisar y analizar las evaluaciones de resultados educativos y procesos y disponer medidas para mejoras de la calidad académica y la gestión de los centros.
-El CODICÉN asignará los recursos necesarios para su ejecución por cada centro educativo, el cumplimiento de sus cometidos generales y de sus fines particulares incluyendo el mantenimiento y mejoras edilicias, la compra de insumos, la compra de materiales educativos y la contratación de equipos multidisciplinarios de apoyo personalizado y seguimiento de los alumnos con dificultades de aprendizaje o problemas de conducta.
-Cada consejo dispondrá la asignación de los mejores docentes para los centros de contexto vulnerable – definidos de acuerdo a una ponderación previamente conformada – considerando tres criterios: contexto de vulnerabilidad, resultados educativos y condiciones edilicias y de infraestructura.
-Implantación de recompensas salariales para la labor docente en el contexto vulnerable.
-Se dispone la exclusividad de la dedicación docente a cada centro.
-Cada consejo de cada nivel establecerá los requisitos mínimos y generales en materia de infraestructura y mantenimiento edilicio, pedagogía.
-Se conformarán bases de datos con la trayectoria educativa de cada estudiante y se organizarán matrículas heterogéneas según origen social, barrio o residencia y nivel de aprendizaje de los estudiantes.
Plan de Metas Educación.
La ley debe al menos establecer tres metas excluyentes y predeterminadas de la inversión educativa. Primero para aislar su logro de la tentación de destinar todos los recursos a destinos con una lógica corporativa o burocrática. Segundo para establecer un verdadero compromiso nacional con la educación en línea con la experiencia del plan ceibal (esas computadoras no son ya gasto fijo o en burocracias y estarán en manos de todos los niños de primaria).
Meta 1. A diez años y durante diez años la inversión deberá asegurar la meta de que en todo el Uruguay ningún aula de ANEP deberá superar el número de los 23 alumnos.
Meta 2. A diez años todos los alumnos desde 1o de educación primaria hasta los otros niveles deberán tener una currícula plurilingue de segunda lengua y lenguas extranjeras (inglés y portugués).
Meta 3. A diez años y durante diez años la ANEP deberá asegurar y concretar apoyo y seguimiento personalizado y de equipos multidisciplinarios para todos los alumnos con dificultades de aprendizaje o dificultades de conducta desde educación inicial hasta educación media superior.
Formación Docente.
-Debe prescribirse el mandato del diseño de una carrera de administración y gestión educativa.
Deberá considerar además a partir de la asesoría externa de expertos calificados y orientación del Ministerio de Educación el análisis y seguimiento permanente de:
-las tendencias del mercado de empleo en el Uruguay y el mundo
-el análisis y seguimiento de los escenarios de desarrollo futuros del Uruguay
-las metas de consenso para el desarrollo nacional, la inclusión universal de niños, adolescentes y jóvenes en una educación de calidad con máxima equidad.
-el objetivo de la transformación del Uruguay en una sociedad avanzada del conocimiento y la innovación para la determinación de sus orientaciones curriculares, pedagógicas y didácticas.
Movilidad de los estudiantes
Dentro del sistema con reválidas o reconocimiento de conocimientos adquiridos: debe incluir no sólo a nivel 4 educación superior sino a nivel 3 (todos los bachilleratos incluyendo, es obvio, los tecnológicos, la muchachada debe poder circular horizontalmente allí también)
Integración del CODICEN y los Consejos.
-Se debe incluir la integración de un representante de las madres, padres y responsables en el Codicén mediante su elección por voto universal y obligatorio bajo supervisión de la Corte Electoral con la condición, al momento de su elección, de tener hijos o responsables a cargo cursando estudios en algún centro de la ANEP. Cada consejo desconcentrado será integrado por una madre, padre o responsable con voz pero sin voto.
Entre todos podemos aprender de Supervielle, y tratar de no fallar.
Eduardo de León
ón
2 comentarios:
Excelente , Eduardo. Me gustaría saber si llega a a los actores (Codicen, gremios de la ensenanza) y que opinan.
Isabel. No tengo la menor idea. Como sabés estoy lejos. Hago lo que puedo. Un beso. Eduardo
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