miércoles, abril 30, 2008

LA EDUCACIÓN PÚBLICA Y EL PROYECTO NACIONAL: ¿EL ENTIERRO DEL ESPÍRITU DE CÓRDOBA?

Dice Eduardo:
Esta nota salió publicada en Voces del Frente y ya está colgada en Uruguay de las Ideas (ver: http://www.uruguaypiensa.org.uy/noticia_437_1.html .
No será porque no se advirtió: de acuerdo a las informaciones de prensa el próximo lunes el Poder Ejecutivo aprobará los 120 artículos de la ley general de educación.

Saludos. Eduardo de León

NdeR:
Antes de leer lo que sigue, es conveniente acceder y leer el artículo mencionado en el link


Observemos la implementación del Plan Ceibal, por fuera y desde fuera del sistema educativo y sus órganos de gobierno (lo cual por supuesto no es una virtud sino una desgracia que habla del propio sistema) y observemos como la formidable respuesta del magisterio en el Interior del país habla una vez más de una verdadera burocracia weberiana en primaria pero miremos también como el Plan se implementa a contramano del propio sistema educativo.
Pues persisten "pequeños detalles" de orientación de la currícula justamente determinados porque han sido los propios representantes de los cuerpos docentes quienes definen la propia currícula: en formación docente disminuyeron las horas de informática e inglés cuando en el caso del magisterio tenemos casi un tercio de maestras con casi nula formación y uso de la informática y justamente destinados a centros de contexto crítico -( no hay una política de incentivos para premiar a los mejores docentes en los centros más desfavorecidos porque esa política no interesa a los intereses corporativos )- y cuando esas debieran ser prioridades nacionales. ¿Y la Formación Docente del IPA restaurado bajo la dirección de Oruam Barboza que ha negociado la currícula - aplastando, es cierto, a los cerp y toda expresión de descentralización o flexibilidad curricular adaptada al contexto local - punto por punto con los defensores de cada asignatura, para no hablar de las horas de inglés en secundaria -? ¿alguien sueña con bilinguismo en la escuela dada la propia formación docente?-. En estos casos de pequeños detalles los problemas existentes no se deben a la falta de participación docente sino exactamente al revés a la falta de gobierno y de perspectiva nacional de la educación. ¿Alguien se imagina la toma de decisiones en el ya moroso y formal CODICÉN entre sólo dos representantes del Poder Ejecutivo, un representante de la oposición y dos representantes de los docentes sin representación ni control social alguno?
En otras palabras este anteproyecto de ley, negociado bajo la perspectiva que de hecho dejó fuera a los agentes sociales externos al sistema - como padres, estudiantes, central sindical, empresarios, intendentes - y de otorgar concesiones sin contrapartidas no producirá la catástrofe, hará evidente y transparente lo que ya sucede en la organización del sistema : su control corporativo, pero en cambio anulará toda posibilidad de cambio de la educación del país.

2 comentarios:

Javier dijo...

Tanto en el artículo, como en la entrada del blog se tratan diversos temas, algunos de los cuales deseo comentar.
Gran parte del artículo se destina a mostrar que la reforma de Córdoba se hizo contra la omnipotencia docente, que hacía –y hace- de las cátedras universitarias una institución en la que el poder del catedrático es comparable al poder de los maestros en los gremios medievales.
A partir de allí, se cuestiona el borrador del proyecto de ley de educación, pero no me queda del todo claro en qué sentido se hace. Por ejemplo, se sostiene que padres y estudiantes deberían estar representados en el gobierno de la educación; lo que coincide con los reclamos sindicales; ¿supone esto que se apoya el proyecto sindical? Por el tono general supongo que no, pero entonces, ¿qué se propone? ¿un gobierno educativo integrado sólo por padres y estudiantes? Presumo que tampoco; ¿uno integrado por representantes del Poder ejecutivo, padres y estudiantes sin docentes, o con docentes? Más allá de que me gustaría tener claro este punto, me pregunto si el autor del artículo no cae en el mismo error que los sindicatos, al centrar la cuestión en qué autoridades gobiernan la educación, y como se eligen. Más allá de la obvia necesidad de que el gobierno educativo sea democrático y plural, lo que hoy no está en discusión y se incluye en todos los proyectos conocidos, me parece claro que las dificultades del sistema no pasan centralmente por ahí.
Más allá de los notorios problemas de gestión y burocratización, que podrían solucionarse o no con cualquier tipo de integración del gobierno educativo (en cualquier caso despertarán fuertes resistencias, y no solo ni principalmente, creo, entre los docentes) me parece que un problema central es la calidad del trabajo docente en el aula. Y esta calidad se ve comprometida por la formación y el trabajo de los profesores.
El sistema debe apuntar a una mayor y mejor formación de los docentes, para lo cual es imprescindible, entre otras cosas, brindar las oportunidades y los estímulos para que los profesores sigan estudiando. En tanto la carrera docente mantenga las características de una carrera funcional-burocrática, en la que la acumulación de años es la ÚNICA manera de ascender de grado, la formación de los docentes, queda librada a su buena voluntad y gusto, y no reciben ninguna recompensa por ella.
Otro aspecto central consiste en la cantidad de trabajo, lo que se relaciona con el salario. El problema del salario docente no es que los profesores deban vivir con 8 o 9 mil pesos, sino que toman 48 horas clases (o más) a la semana para ganar 16. La razón de que la unidad docente sea de 20 horas no es una cuestión de privilegio, sino que se supone que cada hora clase requeriría una hora de trabajo fuera de clase en estudio, preparación, planificación y evaluación. Al tomar 40 horas o más, los docentes sencillamente no trabajan lo necesario fuera del aula, directamente es imposible. Es muy fácil darse cuenta la diferencia que hay entre una clase bien preparada y una que se preparó cinco minutos antes de entrar. He aquí un problema básico de la calidad de la enseñanza que no veo suficientemente tratado.
Otros problemas centrales se vinculan más a aspectos sociales que le llegan al sistema, como la marginalidad, pobreza material y cultural de las familias, etc.

Nota sobre los CERPs y el Plan Ceibal:
Del blog parece desprenderse una defensa de los CERPs originales. Me parece equivocada, al menos parcialmente. Los CERPs tuvieron por objetivo “profesionalizar” al profesorado, haciendo que muchos jóvenes profesores con título desplazaran a gente que, particularmente en el interior y en determinadas asignaturas, daban clase sin la debida preparación. Más allá de los dramas personales que el proceso generó, me parece muy razonable, desde la perspectiva “primero los muchachos”, que sus profesores estén formados en enseñar lo que enseñan. Sin embargo, la estrategia seguida apuntó a obtener muchos profesores egresados en poco tiempo, de forma tal que alguien podía obtener títulos en DOS asignaturas con tres o cuatro años de estudio, cuando la formación IPA suponía cuatro años para el título en una asignatura. Junto con otro tipo de ventajas como becas, etc. los CERPs atrajeron a una cantidad importante de estudiantes. Sin embargo, me parece claro que, en aras de la rapidez, se bajó la calidad y exigencia. No discuto si esa era o no la medida acertada, sí que eso sea un modelo a seguir. Podría llegar a comprenderlo como medida de emergencia, pero nunca como estrategia para mejorar la educación en el largo plazo. No parece razonable suponer que alguien puede estar bien formado para enseñar dos asignaturas en tres años, cuando lo que deberíamos hacer es ir hacia la realización de posgrados (es decir, más años y no menos de formación)
Un segundo aspecto refiere a la que considero exagerada importancia atribuida al Plan Ceibal, quizá no por el articulista, pero sí por otros formadores de opinión que hablan de una revolución educativa. Aclarando desde ya que me parece una buena medida, que valoro el papel de la informática para estudiar y preparar clases (de hecho tengo dos computadoras, y administro una página web dedicada a la enseñanza de la historia) estoy lejos de pensar que un aparato por sí mismo pueda llevar una revolución educativa adelante. Lo central en la enseñanza y el aprendizaje son las personas que aprenden y enseñan, y el vínculo que establecen. La computadora puede ser una herramienta fantástica para ayudar en ese proceso, pero no es capaz de revolucionar nada (a diferencia, por ejemplo, de profundizar la formación, y tener el tiempo para preparar adecuadamente las clases), como la introducción masiva de las calculadoras no revolucionó el aprendizaje en matemáticas.
El que la educación es un tema de vínculos entre personas, lo vemos si analizamos la importancia que tiene el nivel educativo de la madre en el aprendizaje de los estudiantes. El Plan Ceibal, por tanto, con todo ser algo bueno, es incapaz de mejorar nada sustancialmente, incluso, no sería ni siquiera necesario, si existieran otras herramientas y posibilidades (por las dudas vuelvo a aclarar que estoy lejos de desconocer el papel que puede jugar, de hecho lo conozco ya que la computadora es esencial en mi práctica docente)
Disculpas por lo largo del comentario, y que éste no estuviera sólo dirigido al artículo, pero me pareció que hay cosas centrales que quedan afuera, a la vez que se tratan centralmente cosas menos importantes
Saludos,
Javier
P.D. Sobre la formación de los docentes en informática: presumo que es un tema más bien generacional, y de ser así, quienes entran a estudiar a formación docente no necesitan clases de informática, salvo quizá para programas educativos puntuales, en modalidad de taller, pero no creo que sea necesario como "materia", ni para usar el office. Las personas de 20 años saben usar una computadora. Si se trata de un tema generarcional (lo que podría saberse a partir del censo de educación del año pasado) entonces es necesaria formación específica para los docentes, ya recibidos y trabajando, que no saben usar la herramienta. Destinar horas de la formación de grado a ello, sería una pérdida de tiempo.

Gustavo Ochoa dijo...

Javier,
muchas gracias por tus opiniones, nos enriquecen a todos. Le pasaremos tu comentario a Eduardo para que responda en el blog.
Un abrazo
Gustavo